martes, 13 de diciembre de 2011

El anillo

Lo pequeño y lo infinito



Un sueño me regaló un anillo negro,
como el silencio que precede a la nada.
Oscuro como la muerte oscura.
Oscuro tragaluz en mi mano cansada.
Para no ofender al sol, salía de noche.
 Procuraba evitar el orgullo erguido de las farolas,
la perfecta sonrisa de la gente extraña
y la piel desnuda de la mujeres bonitas.

Varias noches después
hastiado de la lucidez de tanta ceguera,
a pesar de las amenazas de la almohada,
devolví el anillo al sueño.


No hay comentarios:

Publicar un comentario