martes, 18 de junio de 2013

A Bote Pronto - Por Martín


Del Pasado,  la Libertad y la Felicidad



Recuerdo que hasta hace dos días, como el que dice, se podía fumar dentro de las habitaciones de los hospitales.
Recuerdo cuando el inocuo medicamento Bio-Bac, lo recetaba la seguridad social, y más tarde, aún sabiendo que salvaba vidas, lo retiraron de la circulación con malas artes.
Recuerdo cuando alguien fallecía, estaba en su casa al menos 2 días. Ahora estamos deseando quitarnos el muerto de encima y lo largamos a la casa de los muertos.
Recuerdo cuando las basuras, las recogía un señor que iba en un carro tirado por mulas, toda la basura iba mezclada, ahí estaba el negocio del basurero. Llegaron a hacer grandes fortunas. Ahora quieren que reciclemos la basura nosotros,  sin ningún tipo de contraprestación.
Recuerdo cuando se podía conducir coches sin cinturón de inseguridad. Ahora, parece que conviene te quedes lisiado por el politraumatismo de costillas y o columna, por el impacto de frenado del cinturón.
Recuerdo cuando los abuelos iban a vivir con los hijos al no poder estos valerse por sí mismos. Ahora los enviamos a los asilos por que los viejos molestan.
Recuerdo cuando no teníamos teléfono en casa y había que ir a la cabina telefónica o a casa de algún vecino a llamar a alguien. Ahora, entramos en pánico si nos dejamos el móvil olvidado.
Recuerdo cuando una gripe se pasaba con calditos, algún febrífugo y reposo. Ahora se inventan mutaciones víricas imposibles y medicamentos carísimos e inútiles.
Recuerdo cuando con un sueldo podía vivir una familia, abuelo incluido. Ahora tienen que trabajar dos y aún y así, no llegan a fin de mes.
Recuerdo que de niño, jugaba al “guá” con niños de todas las edades de los 5 a los 15 y a pesar de la diferencia de edad, no había ningún problema. Bueno, el único problema era que los mayores nos ganaban las bolas. De todas formas, molaba mucho tener amigos mayores. Ahora es imprescindible que estén todos repartidos por edades.
Os recuerdo a todos, que me recordéis, que estoy en este mundo para algo más que para aceptar sumiso e impotente las absurdas leyes impuestas por los que rigen esta absurda sociedad.
Martín



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