Cada persona busca, y a menudo consigue, alguien al que someter, y muchas son las formas de conseguirlo. De este amplio catálogo conviene destacar algunas argucias, como el manejo, control y dominio de los deseos ajenos, el sometimiento por poder físico o económico, el sentido del deber o la obligatoriedad inducida, la piedad victimista del que hace responsable al otro, y la tiranía y el supuesto dominio de las situaciones que nunca se demuestra y tantos y tantos otros. Parece oportuno señalar que el que tiraniza es igualmente responsable que el tiranizado, porque además de que es una reacción en cascada que nunca termina, se están conculcando las leyes esenciales de la naturaleza espiritual del hombre.
Eduardo Pérez de Carrera
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