miércoles, 2 de mayo de 2012

Poema después del Sueño - Aída R. Táboas




Hay que ir discerniendo despacio,
poco a poco moldear los ojos
a la oscuridad, distinguir entonces
el labio de las cosas,
la propia sombra, el perfil de la verdad,
y en el borde de la palabra
detectar el hueco que fuimos,
el vacío de esquivar el hueso,
el trémulo aviso de vislumbrar
una rosa, un tejido, un beso,
una herida en pleno silencio.


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