... Ahora los mensajeros son profesionales, el mito de las arpías se transformó en oficio, estudian en las universidades y la sociedad les concede el inestimable privilegio de opinar sobre todas las cosas, y desde un pretendido servicio al bien común se arrasa cualquier observación que no sirva al grupo que les acoge. Porque no es necesario mentir para agredir la verdad, basta con sumar la voz al coro de la ignorancia sorda.
E.P.C
No hay comentarios:
Publicar un comentario